Reinventando profesiones

Las profesiones pueden ser, a veces, dúctiles y elásticas. La profesión de actor/actriz, sin duda, lo es por necesidad y casi por definición. En realidad, la actividad de un actor se supone que es actuar... pero, ¿dónde? El cine es algo reservado a pocos, la tele es privilegio de una repetitiva minoría, y el teatro (el profesional) es algo reservado a otros pocos, y a veces incluso a los mismos que han pasado antes por el cine, y sobretodo, por la tele.

Por tanto, ¿qué hace un actor o una actriz mientras no se abre una de las tres puertas de la "primera división"? Bueno, puede jugar en "segunda", o incluso en "tercera regional"... que viene a ser algo parecido a morirse de hambre. Pero claro, ¿no es eso acaso lo que siempre decían nuestros padres? Ay, ¡si es que siempre acabamos en los tópicos!

Pues bien, la verdad verdadera es que los actores/actrices se buscan otros caminos, reinventan la profesión, o incluso captan la atención de una sociedad que -en muchas ocasiones- necesita de los actores para reinventarse a ella misma. De ahí surgen los profesores o monitores forzados (sea ya con niños, jovenes o jubilados); de ahí surgen los figurantes, los dobles de luces e incluso los dobles de manos o pies; de ahí surge toda la cantera del teatro infantil y juvenil; de ahí surgen los ejecutores de performances, animación de hoteles o pasajes del terror; de ahí surgen los cuenta-cuentos; de ahí surgen las escenificaciones de leyendas en museos, pueblos con historia u otros lugar de interés turístico; de ahí surgen las campañas de concienciación que usan y abusan de actores en playas, calles ruidosas y otros lugares atípicos; de ahí surge el mal llamado "teatro social"; etc.

Y de ahí surge también la animación de eventos de empresa, o simplemente "teatro de empresa". ¿En qué consiste? Pues bien, acostumbra a tener dos finalidades distintas, y las dos muy nobles: por un lado, hacer entender la temática del taller o seminario a los asistentes, aproximándolos de una forma directa y práctica; y por otro, entretener y dinamizar.

Y eso es lo que he hecho hace unos días con dos super-actrices (la de la foto es mi querida Pilar delante de la Universidad de Salamanca). Hemos estado en Cáceres, Getafe, Salamanca y Avilés intentando entretener y despertar el interés de gente muy variada, que lo último que esperaba era ver una mini-representación a las 10 de la mañana de un martes. Pero aún así, el teatro es mágico aunque se haga en un aula y a plena luz del día, o de fluorescente. Y de ahí que, a pesar de lo que pueda parecer, uno puede sentirse orgulloso de su trabajo, pues ha conseguido un objetivo (entretener y hacer pensar) en un plazo muy corto, en condiciones quizás adversas y con un público que no le esperaba para nada.