domingo, abril 20, 2008

Miss "Cara de Pan de Leche"


Tenía un profesor de cine en la Universidad que decía que Meryl Streep tenía "cara de pan de leche". El profesor era sudamericano, para más señas, pues aquí no sabemos muy bien que cara tiene el pan de leche. Sólo decimos eso de "tienes cara de pan", pero creo que mi profesor se refería a otra cosa... Se refería, quizás, a esa cara un poco hervida, siempre a punto para un sollozo o una lágrima sobrera.

Todo hay que decir que yo iba a la Universidad entre finales de los ochenta y principios de los noventa, justo en la época en la que decir que te gustaba Meryl Streep (a mi me gustaba, y me sigue gustando) estaba mal visto. Hacer una declaración de principos como esa era casi sinónimo de no estar a la última, de ser un "ñoño", un sensiblero o algo aún peor. Vamos, un antiguo.

Es cierto que la Streep había encadenado durante esos años una serie de películas que antes se llamaban "películas para mujeres", y que en los ochenta se llamaban simplemente "románticas, ñoñas o lacrimógenas" (no debemos olvidar que los ochenta fueron una década muy dura: triunfaba Rambo, gobernaban Reagan y la Thatcher, y en España la movida no daba tregua con los más sensibles). Entre las películas de esa época están "Kramer contra Kramer", "La mujer del teniente francés", "La decisión de Sophie", "Enamorarse", "Plenty", "Memorias de África", "Se acabó el pastel", etc. Algunas eran películas estimables, pero su condición de "románticas" hacía olvidar los inicios de la actriz, que había despuntado en la mítica y durísima "El cazador" o en el universo neoyorkino de Woody Allen con "Manhattan".

Hoy, después de lo que ha llovido; después de que la Streep dejara de ser nominada anualmente como tradición -eso daba mucha rabia-; después de verla en 25 películas más; y después de rebajar nuestros prejuicios... podemos afirmar que es una de las mejores actrices que ha dado el cine americano. Sólo hace falta ver sus últimos trabajos para darnos cuenta de que pocas pueden dar los matices que ella da a una mirada, a un gesto, a un simple movimiento. Podríamos decir también que ha envejecido con sabiduría, y que se ha adaptado al cine más actual ("Adaptation. El ladrón de orquídeas"), al más comprometido ("El mensajero del miedo", "Leones por corderos", "Expediente Anwar") e incluso al de géneros específicos, como la comedia ("La muerte os sienta tan bien", "El diablo viste de prada"), el infantil ("Una serie de catastróficas desdichas"), la animación ("Ant bully") o el musical ("Mamma mía").

Es sin duda la única actriz de su generación (en el apartado masculino estarían Jack Nicholson, Al Pacino, Robert De Niro, Chistopher Walken...) que se ha mantenido siempre en lo alto, desafiando la edad (está rondando los sesenta), las modas y los caprichos de la industria. Quizás Susan Sarandon, Jessica Lange o Michelle Pfeipfer podrían decir algo parecido, aunque lo cierto es que se prodigan menos y alguna incluso ha tenido que retirarse largas temporadas por falta de buenos papeles.

Este es, pues, un post reivindicativo, impetuoso y no preparado que se me ha ocurrido al leer la crítica de "Expediente Anwar", en la que -como siempre- lo mejor de la película sigue siendo su aparición... ¡Qué curioso! Los mismos críticos que le ponían "cara de pan de leche", ahora se arrodillan ante su talento. El tiempo lo pone todo en su sitio... e interpretaciones como las de "Los puentes de Madison" o "Las horas" son ahora absolutamente indiscutibles.


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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

A mí ella me encanta y en mi recuerdo siempre ha sido muy buena y respetada para todo el mundo. A mí a finales de los ochenta, principios de los noventa me gustaba Peter Sellers, Los mundos de Yuppy, Jerry Lewis, He-man, Cary Grant y Tutti-frutti. Creo que no conocía todavía a Meryl. Pero hay cosas que vale la pena ver después con cierta distancia.

10:54 a. m.  
Blogger CARLES ARMENGOL said...

Pues lo que digo es bien cierto, y mi generación lo sabe muy bien. Fue muy menospreciada durante años, sin razones demasiado fundamentadas, y ahora muchos han tenido que tragarse sus palabras... Críticos incluidos.

Es curioso que te gustase Cary Grant a finales de los ochenta. Muy curioso. Jajajaja... Por cierto, en mi próximo post hablaré de él.

Besos para Escocia.

1:08 a. m.  

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