¡Ojo, que viene bisiesto!
Viene bisiesto, sí. Y para algunos esto es síntoma de desgracias y para otros, de buenas nuevas. Como siempre. Yo me quiero quedar con la segunda opción, pues siempre empiezo el año convencido de que será mejor, más digno que el pasado, más “mejor”… que dicen algunos. Siempre pienso que me lo merezco, que esta vez tiene que ser mi año de verdad, el definitivo. Y quizás al hacer balance olvidamos que sí hubo cosas buenas, importantes, muchas de las cuales hemos infravalorado o catalogado en años anteriores, olvidándolas y pensando que hace ya demasiado tiempo que pasaron.
Hoy también me decía una amiga que el 2008 será un año de cambios, un año para renacer, para tener esa oportunidad que se ha negado hasta la fecha. Me lo decía basándose en no sé qué cábala numérica que no he entendido. Pero vaya, se ve que la cosa está estudiada y todo.
Por tanto, con tantos buenos augurios nada puede fallar. Seguro que habrá cambios (espero que no se reduzcan al cambio que ya me sé: ¡¡que se me acaba el paro!!), y seguro que eso de la mala suerte de los años bisiestos no está ni estudiado ni nada. Además, yo lo único que he aprendido es que los años bisiestos tienen un día más, y no creo que pueda acarreársele la mala suerte a un solo día…

(Por último, decir que con este post acabo –de una vez por todas- los posts navideños y festivos. ¡¡Que sé que estáis hartos ya de tanto Papa Noel y tantos angelitos!!)
Etiquetas: Nadal













